Las autoridades británicas han recibido una dotación financiera de 16 millones de euros para garantizar que los productos importados desde la UE cumplen las estrictas normas británicas de sanidad y bienestar animal. Estos controles entrarán en vigor este año gradualmente, de manera que a partir de abril se realizarán las comprobaciones documentales de los productos animales para el consumo humano y a partir de julio los controles adicionales de identidad y físicos en los puestos de control fronterizo.
Con esta medida, el Gobierno británico se propone mantener el elevado nivel de calidad de los productos animales y vegetales de Reino Unido, garantizando al mismo tiempo que las operaciones en los puertos británicos sigan funcionando sin problemas.
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