A través de una nota hecha pública, la Comisión Europea (CE) ve margen para poder exigir a los alimentos importados por la Unión Europea los estándares de producción ambientales y sanitarios que rigen para los productos europeos, siempre que se respeten las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Se trata de una de las peticiones reclamadas por muchos países europeos, incluido España. Es lo que se denomina las «cláusulas espejo».
De hecho, Francia, que ocupa este semestre la presidencia de turno de la UE, ha convertido el objetivo de impulsar la reciprocidad en los estándares de producción en una de sus principales prioridades. La comisión recuerda el «amplio consenso» que existe hoy sobre la necesidad de una transición hacia unos sistemas alimentarios sostenibles y resilientes y del papel que la UE debe desempeñar en esa transición global.
Los acuerdos, actualmente en negociación, contemplan un capítulo sobre sistemas alimentarios sostenibles, algo que la UE tiene previsto proponer en cualquier futuro acuerdo.