Alemania registró un primer caso de peste porcina africana (PPA), una señal preocupante en un país donde la cría y el comercio de cerdos están muy desarrollados, anunció este jueves 10 de septiembre del 2020 la ministra de Agricultura Julia Klöckner. El virus fue detectado en los restos de un jabalí hallado cerca de la frontera con Polonia, en la región de Brandeburgo, que rodea Berlín. Este virus, como el consumo de carne infectada, no es peligroso para el ser humano, ni tampoco el consume de su carne.
Los precios del cerdo alemán al por mayor cayeron un 14% el mismo día en que China prohibió la importanción de carne porcina alemana. Alemania es el principal productor de la UE. Las exportaciones alemanas de carne de cerdo a China tienen un valor de alrededor de 1.000 millones de euros (1.200 millones de dólares) anuales, y los volúmenes se duplicaron en los primeros cuatro meses de este año debido al aumento de la demanda después de que la producción china se redujo en un 20%.
En China, el mayor productor de carne de cerdo del mundo, la enfermedad causó que cientos de millones de animales fueran sacrificados y elevó las importaciones de proteínas de otras fuentes.
La peste porcina africana se propaga por contacto con animales infectados y también puede ser propagada por personas y camiones. Casi siempre es mortal en los cerdos, pero no es dañina para las personas.
Alemania ha tratado de conseguir que se prohíban las exportaciones de forma limitada y regional, ya que el brote cerca de la frontera polaca está a cientos de kilómetros de la principal región productora, en el noroeste del país. Si bien el concepto de una prohibición regional existe en el comercio intracomunitario, China se ha ceñido hasta ahora a las prohibiciones nacionales.
Las exportaciones alemanas incluían grandes tonelajes de partes de cerdo, como orejas, morros y patas, que se consideran delicias en Asia pero que no son tan deseadas en Europa.