En la reunión de la Comisión Negociadora del Convenio Colectivo de la Industria Cárnica, celebrada el 29 de octubre, la parte empresarial del sector cárnico planteó a los sindicatos una propuesta dirigida a lograr un acuerdo en el Convenio Colectivo, y cerrar cuanto antes las negociaciones, dando así estabilidad a empresas y trabajadores, en un contexto excepcional y muy difícil para la industria cárnica y sus trabajadores. En este sentido, existen dificultades en la negociación colectiva por la intransigencia de los sindicatos. Sin valorar el esfuerzo de la propuesta empresarial, siguen manteniendo una actitud inmovilista. Las organizaciones empresariales consideran desleal que, estando en plena negociación, se anuncien movilizaciones
La crisis económica y social, provocada por la pandemia Covid, incidió muy negativamente en los costes de producción de la industria (inversiones en protocolos y logística para mantener la distancia de seguridad, reorganización de plantillas y turnos para garantizar la salud de sus trabajadores, adquisición de EPIS, cierre de la hostelería, etc.), y llegó en un momento caracterizado por la reciente asunción generalizada de los costes derivados del conflicto generado por la utilización de cooperativas de trabajo asociado.
Pese a ello, los trabajadores de la industria cárnica han experimentado un crecimiento del 7,5% en su poder adquisitivo, percibiendo un aumento salarial por encima del 6% en dicho periodo, además de desarrollar su actividad profesional, en un sector con una enorme estabilidad de empleo.
A este adverso escenario de partida, se han sumado, el impacto económico del incremento de la factura de la luz, la subida de los costes de las materias primas, el descenso de los productos de origen animal y la caída de las ventas a China, factores todos ellos que están teniendo una enorme repercusión en la cuenta de resultados de las empresas cárnicas.
Ante este desfavorable contexto, el sector ha hecho un enorme esfuerzo, y ha presentado una propuesta de consenso, que va más allá de los planteamientos iniciales de la negociación expuestos por los sindicatos, a fin de acercar posiciones y satisfacer sus demandas.
Una propuesta que se ha concretado en: Incrementos salariales del 2,5% para los próximos tres años, así como una cláusula que garantiza el IPC en los salarios; la reducción de la jornada de 9 a 8 horas, ampliación de nocturnidad, permiso retribuido para acompañamiento de hijos al médico y regulación de teletrabajo, incluyendo compensaciones económicas y un incremento del seguro colectivo de accidentes.
Esta propuesta global implica un importante aumento del coste laboral en el sector, que ascendería al 20%.
Todos estos esfuerzos no han obtenido respuesta, es más, los sindicatos no han presentado ni una sola propuesta a la inicial del 18 de febrero, fecha en la que se inició la negociación colectiva; mientras que las organizaciones empresariales han planteado tres documentos sucesivos, a fin de acercar los planteamientos a las peticiones sindicales.
Desde el sector, además, se temen las repercusiones que esta huelga pueda tener en la cesta de la compra del consumidor. Las fechas programadas para la huelga coinciden con el inicio de la campaña navideña, y los problemas de desabastecimiento podrían agravarse como consecuencia del parón nacional de toda la industria cárnica. Así mismo, ya se han anunciado medidas de regulación de empleo temporal en aquellas empresas que indirectamente se van a ver afectadas por esta ilógica huelga al no poder cumplir con los compromisos comerciales que tienen suscritos.
Recordamos que el Convenio Colectivo de la industria cárnica es el convenio de referencia, por su contenido y por la dimensión del sector al que aplica.