El foie gras es uno de los platos más codiciados y apetecidos por los gourmets de Occidente y que, con el paso del tiempo, ha adquirido gran importancia en nuestra gastronomía. Reconocido por el consumidor como un manjar, este producto se ha incorporado en las celebraciones de muchos hogares, y también como materia prima o ingrediente en numerosas recetas elaboradas por chefs de toda la geografía nacional e internacional.
Nuestro país ha criado a más de un millón de patos y producido más de 487 toneladas de foie gras en 2020, esto representa un notable descenso productivo originado por la bajada del consumo debido al cierre del sector restauración. Los productos del pato españoles, son muy apreciados tanto en el mercado nacional como internacional, donde en los años previos a La Covid-19 se exportaban más de 4 millones de euros anualmente.
Así, España es el cuarto productor europeo de foie gras, por detrás de Francia, Bulgaria y Hungría, y el segundo consumidor a nivel mundial, con más de 3.150 toneladas/año, de los cuales normalmente unas 600 toneladas se producen en el territorio nacional. Las regiones donde se produce foie gras en España se encuentran en el norte, ya que estos animales requieren de temperaturas bajas para criarse adecuadamente.
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En cifras, el país galo lidera el ranking de producción con un 75’4%, seguido de Hungría con un 13’5% y Bulgaria con el 8’5%.
España es el cuarto productor europeo de foie gras, por detrás de Francia, Bulgaria y Hungría, y el segundo consumidor a nivel mundial, con más de 3.150 toneladas/año.
Además, nuestro país ha criado a más de un millón de patos y producido más de 487 toneladas de foie gras en 2020, esto representa un notable descenso productivo originado por la bajada del consumo debido al cierre del sector restauración. Los productos del pato españoles, son muy apreciados tanto en el mercado nacional como internacional, donde en los años previos a La Covid-19 se exportaban más de 4 millones de euros anualmente.
Un sector comprometido con la sociedad
El sector español del foie gras y los productos derivados del pato cumplen estrictamente con la reglamentación nacional y europea en todas las fases de producción. De esta forma, las empresas que agrupan la Asociación Interprofesional de las Palmípedas Grasas (Interpalm) han mostrado siempre un profundo compromiso con el bienestar animal y la bioseguridad de sus granjas y mataderos, aplicando en la actualidad un código de buenas prácticas para el bienestar animal certificado por una empresa independiente, igual que hace desde 2017 en materia de bioseguridad.
El ciclo de producción de las palmípedas grasas, mayoritariamente patos en el caso español, tiene una duración de 14 a 16 semanas, en el que se distinguen cuatro fases: cría, recría, cebo y sacrificio. Durante este ciclo, los animales tienen acceso al exterior el 90% de su vida,
En concreto, el ciclo de producción de las palmípedas grasas, mayoritariamente patos en el caso español, tiene una duración de 14 a 16 semanas, en el que se distinguen cuatro fases: cría, recría, cebo y sacrificio. Durante este ciclo, los animales tienen acceso al exterior el 90% de su vida, siendo la mayor parte de la cría al aire libre y con comida y bebida a libre disposición. Sólo el 10% restante lo pasan dentro en naves acondicionadas, donde se controlan las condiciones de iluminación, temperatura, ventilación y humedad. Esta forma de producción caracteriza al sector español como uno moderno y avanzado, que se preocupa por el bienestar de los animales.
Otro de los compromisos del sector se centra en el medio rural y la actividad ganadera. Y es que la producción de foie gras en España se encuentra principalmente en las zonas rurales de Castilla y León, Navarra, País Vasco, Cataluña y Aragón.
En ese sentido, Interpalm como miembro de la Federación Europea de Foie Gras, Euro Foie Gras, ha adoptado la Carta Europea para la Producción de Palmípedas Grasas con los compromisos derivados de la experiencia de los ganaderos, conforme a los 12 principios contenidos en el «WelfareQuality Project».
Asimismo, otro de los compromisos del sector se centra en el medio rural y la actividad ganadera. Y es que la producción de foie gras en España se encuentra principalmente en las zonas rurales de Castilla y León, Navarra, País Vasco, Cataluña y Aragón, siendo una actividad que contribuye a fijar la población y dinamizar la economía de las zonas rurales de España, donde se localizan todas las granjas autorizadas para la cría de pato.
Del mismo modo, y como muestra de la trasparencia que el sector quiere tener hacia la sociedad, en 2018 Interpalm, en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y con la aprobación de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), desarrolló la Guía de etiquetado de los productos derivados de palmípedas grasas de ASEHGRA. Esta guía pretende asegurar que los consumidores y la sociedad disponen de un etiquetado honesto, veraz y conforme a la normativa legal, para los productos derivados del pato.
En definitiva, el sector del foie gras trabaja diariamente por hacer las cosas mejor. Un sector comprometido con la calidad, el bienestar animal y el cumplimiento de la normativa vigente, que genera más de 1.200 empleos directos y 5.000 indirectos.
Fuente: Asociación Interprofesional de las Palmípedas Grasas (Interpalm)