Un sistema alimentario sostenible tiene que contribuir a erradicar el hambre y la desnutrición. En la actualidad, a pesar de producir más alimentos que nunca antes, todavía hay 690 millones de personas que pasan hambre y cerca de 2.000 millones sufren sobrepeso u obesidad, lo cual contribuye a la creciente incidencia de enfermedades relacionadas con la alimentación. La salud de las personas se resiente por causa de una alimentación poco saludable, muchas veces porque no tienen acceso a alimentos adecuados y aceptables.
Además, el cambio climático dificulta la producción de alimentos como consecuencia de las condiciones meteorológicas extremas. Y a su vez, nuestros sistemas alimentarios son parte del problema: el 29% de las emisiones de gases de efecto invernadero proceden de la cadena de suministro de los alimentos.
La pandemia de la COVID-19 ha mostrado las deficiencias de nuestros sistemas alimentarios que suponen una amenaza contra la vida y los medios de subsistencia de personas de todo el mundo. Por todo ello es fundamental mejorar los sistemas alimentarios para construir un futuro sostenible.
La carne de de origen animal es esencial para alimentar a los seres humanos, porque contribuye a su desarrollo físico y mental.
La Cumbre de Sistemas Alimentarios de la ONU, del 23 de septiembre, sienta las bases para la transformación de los sistemas alimentarios mundiales y trazará un camino en el que los buenos alimentos sean asequibles y accesibles y se produzcan de forma que se proteja el planeta.