El mercado de automatización en los mataderos de los EEUU se está acelerando a consecuencia de la covid 19. Estados Unidos, Canadá y Brasil, entre los principales productores y exportadores de carne, adoptaron tecnologías a un ritmo más lento que otros productores europeos o de Japón. La concentración de brotes de Covid-19 en mataderos en países del continente americano refleja en parte la gran dependencia del sector de las condiciones de trabajo con un gran número de personas en planta.
Frente a esto, implementar la automatización puede resultar en una mayor seguridad alimentaria y de salud pública entre los trabajadores. Pero planes como este están acompañados de costos que algunos consideran invaluables durante tiempos económicos difíciles, y los trabajadores temen que estén siendo reemplazados, no protegidos.
En el caso de Brasil, uno de los principales operadores de porcino, Frimesa, está construyendo una planta cárnica en Assis Chateubriand, en la que implementará cinco robots dedicados a abrir la canal del cerdo sacrificado con un coste de unos 500.000 euros la unidad.
Olymel, una de las empresas de pollo y cerdo más grandes de Canadá, ha decidido acelerar la automatización y quiere utilizar robots para clasificar cortes de carne, envasar el producto y apilar caja. Tyson, el mayor vendedor de carne de EE.UU., está intensificando sus esfuerzos de automatización debido a la pandemia.
Con el aumento de la demanda minorista, JBS utiliza la automatización para duplicar la capacidad de una unidad de Minnesota para la producción de carne de pollo vendida en bandejas. La fábrica sufrió un brote de covid-19 en abril.
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