La Unión Europea sigue dando pasos importantes para proteger las denominaciones cárnicas tradicionales frente a productos que imitan la carne pero que no contienen proteína animal.
Los ministros de Agricultura de la UE trasladaron a finales de junio de manera contundente a la Comisión Europea la necesidad de actuar con urgencia para reforzar la protección de las denominaciones de alimentos de origen animal y garantizar un etiquetado transparente. Esta medida busca evitar confusiones en los consumidores acerca de la naturaleza y el valor nutricional de los productos sustitutivos que imitan a la carne.
La propuesta legislativa, impulsada por doce Estados miembros —entre ellos España, Francia, Italia y Portugal— ha contado con el respaldo de otros seis países, sin ninguna oposición, lo que refleja un amplio consenso europeo en favor de una normativa más clara y coherente.
Durante el debate, los ministros destacaron la importancia de respetar las normas de comercialización vigentes y garantizar la máxima transparencia en el etiquetado. La iniciativa responde a una preocupación creciente del sector ante la proliferación de productos vegetales que imitan el aspecto, sabor, textura e incluso el nombre de los productos cárnicos, generando confusión en el consumidor.
Los países firmantes han alertado de que el etiquetado actual puede resultar engañoso, especialmente en lo que se refiere a la composición y las propiedades nutricionales de estos productos. Además, han solicitado extender la protección que ya existe en el sector lácteo a todos los productos de origen animal, reforzando así la coherencia normativa a nivel de la UE y protegiendo a los consumidores.
La Comisión Europea ha expresado su disposición a abordar esta solicitud en el contexto de la próxima revisión del Reglamento de la Organización Común de Mercados (OCM), con el objetivo de encontrar un equilibrio justo entre la protección de los consumidores y el reconocimiento del trabajo del sector agroalimentario.
Desde ANAFRIC, valoramos positivamente estos avances que refuerzan la defensa del consumidor y la protección de las denominaciones tradicionales, fundamentales para poner en valor el trabajo y la calidad del sector ganadero-cárnico europeo.