Las emisiones netas de GEI están ahora un 37 % por debajo de los niveles de 1990, mientras que el PIB creció un 68 % durante el mismo período, lo que demuestra la continua disociación de las emisiones y el crecimiento económico.
Mientras tanto, la UE sigue en vías de alcanzar su compromiso de reducir las emisiones en al menos un 55 % de aquí a 2030.
Más en concreto, las emisiones de las instalaciones eléctricas e industriales cubiertas por el régimen de comercio de derechos de emisión de la UE experimentaron una disminución récord del 16,5 % en 2023.
Así lo explica el Informe de situación sobre la acción por el clima de 2024 [EN], de la UE que, aunque constata la reducción de las emisiones de la UE, el año pasado también se produjeron más eventos catastróficos y se perdieron vidas y medios de subsistencia, impulsados por nuestro clima ya cambiante, y las emisiones mundiales aún no han alcanzado su punto máximo.
Por ello, consiera que es necesario seguir actuando para garantizar que la UE cumpla sus objetivos para 2030 y se sitúe en el camino correcto para alcanzar su futuro objetivo para 2040 y el objetivo de cero emisiones netas para 2050.
European Livestock Voice
En un reciente artículo de la rede europea European Livestock Voice, que hacía referencia a la reducción de las emisiones del ganado a través de una mejora en la gestión de los animales, se exponía que una forma sencialla de hacerlo es reduciendo el desperdicio de alimento. Según la FAO, entre el 40 y el 50% de las frutas y hortalizas se desperdician en origen, mientras que en el caso de la carne y los lácteos, las pérdidas se estiman en un 20%. El desperdicio de alimentos representa entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales, por lo que promover un menor desperdicio de alimentos puede contribuir a una mayor reducción de las emisiones.
La intensidad de las emisiones de metano y el potencial para mitigar todas las emisiones asociadas varían enormemente entre regiones y entre sistemas de producción. La FAO estima que la gran diferencia en la intensidad de las emisiones de los productos derivados de rumiantes se debe a las diferentes condiciones agroecológicas, prácticas agrícolas y gestión de la cadena de suministro. Dentro de esta variabilidad, se pueden encontrar muchas opciones de mitigación, y con los incentivos adecuados , se pueden aprovechar para cerrar la brecha.
También existen soluciones para reducir las emisiones en las explotaciones, y los agricultores y ganaderos ya han tomado muchas medidas en las dos últimas décadas. Un informe de la FAO estima que la reducción parcial de la brecha de intensidad de las emisiones en los sistemas de producción existentes mediante la mejora de la gestión podría reducir las emisiones en torno a un 30%.