En Cataluña se generan 120.000 toneladas al año de lodos provenientes de las depuradoras urbanas. Casi la mitad de esta materia se emplea para la fertilización de cultivos.
Un proyecto del IRTA, Demo Fangs , ha estudiado el impacto en la productividad y en la calidad de la producción de los cultivos en suelos fertilizados con lodos y ha determinado que este modelo es una alternativa eficiente en comparación con la fertilización clásica con minerales.
El proyecto Demo Fangs ha contado con datos recabados durante más de 25 años en un ensayo experimental llevado a cabo en las instalaciones del IRTA en Girona.
Esta es una manera de dar una segunda vida a la materia, favoreciendo al mismo tiempo la economía circular y la sostenibilidad de los campos. Ahora bien, la utilización de estos lodos (también llamados “biosólidos”) en la actividad agraria está regulada por diferentes normativas desde hace décadas.