Los datos sobre la evolución del IPC para la carne y los derivados cárnicos por parte del INE respecto al año 2020 muestran cómo la categoría que más subió en todo el año pasado fue la de carne seca, salada o ahumada que vio incrementado IPC un 2,6%. También hubo un fuerte incremento en el caso de los otros derivados cárnicos cuyo IPC creció en un 1,9%.
En cuanto a las carnes frescas, la que vio incrementado más su IPC fue la de ovino y caprino que creció en un 1,9% (un 1,4% solo en el mes de diciembre) y la de cerdo fue la que menos creció con un 0,7%.
Para el vacuno el incremento fue del 1,3% y para la carne e aves del 1,4%. En despojos la subida fue mayor, del 1,8%.