Presión para imponer una tasa a la carne y productos cárnicos

Un grupo de presión holandés, la llamada coalición TAPP (True Animal Protein Price),  aboga por una fiscalidad justa de la carne aumentando el precio de ésta y sus derivados en cerca de un 40% en los próximos 10 años con el objetivo de reducir su consumo y, con ello, combatir los gases de efecto invernadero.

TAPP  se basa en un estudio promocionado por este mismo grupo de presión, «Una tasa de sostenibilidad a la carne», que establece un paquete de políticas para gravar a la industria cárnica de la UE y utilizar los ingresos para incentivar: la agricultura orgánica de la UE (con el objetivo de conseguir un 30% de superficie orgánica para 2030), los productos vegetales y las alternativas a la carne, e invertir en terceros países para permitir que los países menos productivos mitiguen su huella ambiental en la ganadería (es decir, África, Asia, América del Sur), según señala una circular hecha pública por UECBV,  European Livestock ad Meat Trading Union, la asociación europea que agrupa a la mayoría de entidades ganaderas.

 

 

Este informe se presentó el pasado miércoles 5 de febrero de 2020,  en el Parlamento Europeo. El grupo presión, según la circular de la UECBV, estaría formado por  dos multinacionales (Nestlé y Unilever),  y por Proveg International, la Universidad de Wageningen y la organización Compassion in World Farming Europe (CIWF).

Según el informe, si todos los Estados miembros de la UE introdujeran un “precio real de la carne” de 1,7-4,7 € (dependiendo de la especie) por 1 Kg de carne, las emisiones de CO2 119 Millones de toneladas de CO2 por año (equivalente a las emisiones de CO2 de Irlanda, Dinamarca, Estonia y Eslovenia juntas).

 

Consideraciones

En lo que respecta al informe presentado por la TAPP, desde la UECBV hacen una serie de planteamientos:

  • El secuestro de carbono, el uso evitado de fertilizantes sintéticos y la producción de biogás no se tienen en cuenta. Este enfoque es el mismo que el de los estudios de Marco Springmann (Universidad de Oxford), que se cita con mucha frecuencia en el informe TAPP y es muy genérico.
  • El informe ignora totalmente que los rumiantes contribuyen de manera eficiente a los servicios de los ecosistemas.

Colaboradores