Anafric participa en la iniciativa #RealidadGanadera, una acción que aúna organizaciones relacionadas con el sector ganadero, con el objetivo de informar sobre el modelo de producción ganadero español y poner en valor su contribución para afrontar los retos globales, ofreciendo otra perspectiva, desmintiendo mitos y aportando evidencias sólidas al debate actual sobre la ganadería.
Desde Anafric, que ostenta una de sus presidencias, repasaremos algunos de los artículos de la web www.realidadganadera.es con el fin de dar difusión a esta iniciativa, espejo de la acción europea #MeatTheFacts.
¿Podemos imaginarnos un mundo sin ganadería?
Los europeos y la gran mayoría de personas en todo el mundo no reclaman un mundo sin ganadería. No obstante, una pequeña minoría de la población europea se plantea la posibilidad de un mundo «libre de producción ganadera». Esta postura radical puede seducir a algunos que la consideren una visión coherente para el futuro. Sin embargo, la eliminación total de uno de los grupos de alimentos acarrearía muchas consecuencias que a menudo se ignoran.
Hacer una valoración de todos los aspectos sociales, medioambientales y económicos relacionados con el abandono del modelo europeo de ganadería es una tarea muy compleja, incluso para los científicos dedicados a la ganadería. Por otro lado, es muy difícil poder predecir los numerosos efectos secundarios que pudieran resultar del abandono de este sector. No obstante, podemos hablar claramente de cinco consecuencias seguras:
Europa perderá a un defensor de la bioeconomía circular
En una bioeconomía circular global, la ganadería desempeña muchas funciones importantes que desaparecerían en un mundo sin producción ganadera. Al poner en valor los subproductos de la cadena alimentaria, la ganadería contribuye a una agricultura más eficiente, al igual que a una sociedad creativa y rica en cultura. El reciclaje de biomasa de recursos tales como la hierba, la paja y el salvado que son incomestibles para las personas es un proceso importante. Si estos residuos y subproductos no son consumidos por el ganado, podrían convertirse en una carga medioambiental, en tanto que aumenta la demanda humana por alimentos procesados.
El reciclado de las pieles de los animales para producir cuero también aporta a nuestras sociedades un material bonito y duradero con propiedades únicas, y que vale para la producción de calzado, ropa, muebles, asientos para coches, instrumentos musicales, encuadernación de libros y muchos más bienes de consumo que han creado y mantienen el valor cultural de muchos países europeos. De hecho, el cuero es probablemente el primer producto de la economía circular de la historia.
La ganadería también regula los ciclos ecológicos, cierra el ciclo de nutrientes y mejora la fertilidad del suelo y el secuestro de carbono al reciclar y utilizar el estiércol como biorrecurso y al emplear los pastizales no aptos para sembrar. En zonas mixtas de cultivo y ganadería, las rotaciones de pastizales también sirven para interrumpir el ciclo de plagas en los cultivos, con lo que los agricultores pueden emplear menos pesticidas.
En un mundo sin ganadería, una mayor demanda de una producción basada en el cultivo de vegetales llevaría a una intensificación en el uso de las tierras de cultivo, un aumento de los terrenos de cultivo necesarios para la producción de alimentos, la pérdida de la biodiversidad y el abandono de tierras que no son aptas ni para cultivos ni para la producción de proteínas, como las regiones montañosas, por ejemplo. (Ver también: Resource Efficiency Champions: Co-Products, an Essential Part of Animal Nutrition)
La Europa rural desaparecerá
Hoy en día la ganadería es un componente clave de la Europa rural. El ganado está presente en casi todas las regiones de Europa en una amplia variedad de sistemas de producción, de acuerdo con los contextos locales económicos, geográficos y sociológicos.
El sector de la ganadería contribuye de forma importante a la economía europea (168.000 millones de euros anualmente, un 45% de la actividad agrícola total) y a la balanza comercial, y crea empleo para cerca de 30 millones de personas. Sin ganadería, el éxodo rural se incrementará, creando mayor presión en nuestras ciudades y una mayor desconexión con la naturaleza y con nuestro patrimonio cultural. Los terrenos abandonados también generarían un mayor riesgo de incendios forestales en un contexto de calentamiento global
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