El sector ganadero ha hecho grandes avances para limitar el uso de antibióticos y hacer una valiosa contribución para garantizar el uso responsable de los antibióticos. No obstante, se necesitan más esfuerzos por parte de todos los sectores para garantizar una respuesta desde el enfoque «Una sola salud» para abordar la resistencia a los antimicrobianos (RAM). Cualquier restricción al uso de antibióticos en ganadería con el fin de proteger la salud humana debe seguir basándose en la ciencia para no poner en peligro la salud y el bienestar de los animales.
Según el ECDC, el 75% de las infecciones relacionadas con la RAM provienen de hospitales y centros de salud. Incluso si dejáramos de utilizar por completo los antibióticos en animales, el impacto que esta medida tendría en el problema de la resistencia a los antimicrobianos humanos no sería significativo.
Esta es la razón por la que pedir políticas cada vez más restrictivas sobre el uso de antibióticos en los animales no tiene ningún sentido, especialmente en la UE, donde el 94% de los encuestados del Eurobarómetro dicen que es importante proteger el bienestar de los animales de granja.
Recientemente, la FVE (Federación de Veterinarios de Europa) se pronunció sobre unas declaraciones que aparecieron en un informe titulado “Ending Routine farm antibiotic use in Europe”, publicado por la EPHA (European Public Health Alliance). Este informe difunde una suposición infundada, algunos podrían considerarlo como noticia falsa – de que los ganaderos no adoptarán las nuevas normas sobre el uso de antibióticos. La FVE reaccionó a este informe, destacando las numerosas iniciativas que se han tomado en los últimos 15 años para combatir la aparición de resistencia a los antibióticos y preservar la eficacia de los antibióticos en personas y animales.
El objetivo propuesto en el informe de la EPHA de establecer un nivel máximo de 30 mg/kg por unidad de corrección de la población (UCP) para luego reducirlo a 15 mg/kg de UCP no solo no es científico, sino que tampoco es realista, ya que en todos los países hay diferencias en la aparición y propagación de enfermedades bacterianas, población animal, etc. Los animales, cuando es necesario, merecen tratamiento, al igual que las personas. Cuando se enferman, los animales tienen derecho a ser tratados de la mejor manera posible para evitar sufrimientos innecesarios.
En este contexto, los antibióticos siguen siendo la única solución para tratar las infecciones bacterianas en animales, al igual que en las personas. Y siempre debe corresponder al veterinario decidir la forma óptima de administrar estos medicamentos, que permanecen bajo control veterinario y prescripción.
Es necesario usar antibióticos con más moderación en todas las áreas para abordar el aumento de la resistencia a los antimicrobianos. Sin embargo, este desafío requiere una acción coordinada, estratégica y científica con un enfoque de “Una Salud”. El Reglamento de la UE sobre medicamentos veterinarios, aprobado hace más de dos años por el Parlamento Europeo, establece medidas estrictas para reducir el uso de antibióticos para proteger tanto la sanidad animal como la salud pública.
La Comisión Europea promueve que este Reglamento sea una herramienta eficaz para ayudar a alcanzar el objetivo de la estrategia «de la granja a la mesa» de reducir en un 50 % las ventas de antibióticos para 2030.
Los esfuerzos realizados hasta ahora en el sector ganadero en Europa son ampliamente reconocidos y mensurables. La UE cuenta con unos estándares en sanidad y bienestar de los animales mayores que en cualquier otro lugar del mundo.
La UE cuenta con unos controles estrictos sobre los residuos de medicamentos veterinarios y los contaminantes en los alimentos de origen animal y un sistema de vigilancia general, que ponen de manifiesto un cumplimiento cercando al 100% por parte del sector de todas estas normas de seguridad.
La responsabilidad del veterinario es evaluar el estado sanitario de la granja, diagnosticar y prescribir el tratamiento correcto, tal como lo hacen los médicos para las personas. La preocupación entre los ganaderos y veterinarios sobre el daño causado por el abuso de antibióticos ha ido en aumento en los últimos años.
En 2005, se creó la Plataforma Europea para el Uso Responsable de Medicamentos en Animales – EPRUMA en sinergia con veterinarios, ganaderos y la industria de la salud animal. Desde entonces, las ventas de antibióticos veterinarios en la UE han caído más de un 43%.