Investigadores de la Universidad Australiana de Sidney han presentado lo que podría definirse como la primera “vaca inteligente” del mundo, capaz de hacer que la ganadería sea más eficiente y respetuosa con el medio ambiente.
Se trata de un proyecto lanzado hace 10 años que puede determinar el tipo y la densidad de los pastos y monitorear la salud del ganado. Gracias a sus sistemas de aprendizaje automático (IA) la «vaca inteligente» utiliza estos datos para llevar el ganado de forma autónoma a los mejores pastos y trasladarlo antes de que el suelo se degrade.
Australia es uno de los mayores exportadores de carne vacuna del mundo, con alrededor de 30 millones de cabezas de ganado repartidas en un vasto paisaje a menudo seco y cuyos pastos pueden ser pobres. Los ganaderos evalúan constantemente cuántos animales pueden sustentar sus tierras, pero muchos tienen poco control sobre dónde pastan los animales dentro de grandes áreas cerradas.
Este instrumento (su aspecto no es precisamente el de una vaca) tiene la capacidad de organizar todo el ganado y trasladarlo por las parcelas en las que considera que el campo tiene mejores condiciones, pero además ayuda a contribuir a la degradación del suelo porque evita el sobrepastoreo, dividiendo el consumo entre todas las áreas del terreno.
Esta «vaca inteligente» tiene la capacidad de hacer que los ganados lo sigan cuando se acostumbran a su presencia, indicando cuáles son las zonas en las que deben alimentarse. Para esto, los productores pueden seguir en directo el pastoreo y realizar una evaluación por los datos que otorga, sabiendo qué partes de su terreno son más nutritivos.
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