España necesita pastores. Un oficio con más de 10.000 años de tradición

La falta de pastores para conducir el ganado extensivo es un hecho irreversible en los últimos años en provincias como Guadalajara, donde, para que no desaparezca el oficio, disminuya la campaña de ovino y las queserías y se mantenga la limpieza del monte y las laderas, desde la Delegación de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural se ha previsto organizar una escuela de pastoreo con talleres y jornadas para que los jóvenes aprendan una profesión que se encuentra en peligro de extinción. 

La virulencia de los últimos incendios forestales deja patente que la previsible dejadez del campo, junto con una combinación de factores, hace más necesarios que nunca el oficio del pastoreo. El pastoreo es una actividad que cuenta con una larga trayectoria mucho antes de que se establecieran las fronteras actuales. Más de 10.000 años de historia acompañan a las pastoras y pastores en sus caminatas. Cuando se abandonó la caza como principal modo de supervivencia y comenzaron a domesticarse animales para el consumo humano comenzó así el oficio más antiguo que se conoce, y que sigue persistiendo en nuestros días como un oficio esencial en nuestras vidas. Un oficio duro y solitario, pero apasionante y gratificante para quien lo practica.

Más información sobre la historia del pastoreo.

 

Otras iniciativas

El pastoreo representa un patrimonio intelectual y cultural de gran valor en nuestro país. Protagonista de una compleja historia económica, de poder y de relación con el entorno, sin esta actividad no puede entenderse la configuración actual de la Península Ibérica.

La ganadería extensiva es una actividad económica, cultural y ambiental enormemente variada, que no transita bien por la concentración e intensificación que imponen los mercados y las políticas actuales. Enfrentado a la cruda realidad, el pastoreo del siglo XXI se debate entre la intensificación y el abandono, tratando de sobrevivir en unas condiciones en las que la sociedad apenas entiende las sutilezas de su modelo productivo ni su insustituible papel en la gestión del territorio.

A pesar de todo, en condiciones tan duras, florecen en nuestro país diferentes iniciativas que trabajan por mantener y transmitir la actividad, protegiendo un legado que va a ser importante de cara al futuro, especialmente en nuestra manera de enfrentarnos al cambio climático.

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