27 entidades europeas han lanzado un comunicado conjunto que reproduciones a continuación.
Las Comisiones de Medio Ambiente y de Agricultura del Parlamento Europeo votarán este jueves el borrador del informe en el cual se exponen sus reacciones a la Estrategia «De la granja a la mesa». Si bien se han revelado tendencias sumamente inquietantes en los estudios preliminares del impacto que tendría dicha estrategia, que presentara la Comisión en 2020, los eurodiputados tienen previsto, de todas formas, exigirle a la Comisión que incorpore a su estrategia aún más objetivos y metas, lo cual sería insostenible para la comunidad agrícola de la UE.
Durante el verano se publicó un nuevo estudio del CCI, que lamentamos no se haya dado a conocer con un mayor alcance, en el cual se confirmaba lo que ya se había concluido tras los primeros análisis de impacto difundidos con anterioridad sobre la estrategia «estandarte» que la Comisión concibió para la agricultura. En su formato actual, la Estrategia «De la granja a la mesa» daría lugar a descensos considerables de la producción y también a la aparición de costes añadidos para los productores.
Si la UE quiere que prosperemos, tendrá que apoyarnos con un marco político pragmático basado en objetivos realistas que sean coherentes con su política comercial
Aunque se llegara a lograr con esta estrategia una disminución de las emisiones provenientes del sector agroganadero comunitario, una parte importante se imputaría a la deslocalización de la producción a terceros países.
Sin mayor reflexión y sin llevar a cabo consulta alguna, y a pesar de este diagnóstico fulminante, el Parlamento Europeo se prepara, aun así, para votar propuestas adicionales que nada tienen que ver con la realidad del sector agroalimentario y con las cuales la estrategia se volvería, a juicio de los signatarios de la presente declaración, aún más perjudicial para la supervivencia del todo el sector.
En su formato actual, la Estrategia «De la granja a la mesa» daría lugar a descensos considerables de la producción y también a la aparición de costes añadidos para los productores.
No obstante, sí se ha ido constatando una concienciación en aumento, aunque tardía, de determinados eurodiputados para quienes es importante garantizar nuestra soberanía alimentaria, nuestro puesto de liderazgo agroganadero y el futuro de nuestros territorios rurales. Ahora les pedimos que respalden sus declaraciones con hechos y hacemos un llamamiento a los miembros de las Comisiones de Medio Ambiente y de Agricultura para que voten de forma contundente en contra de las enmiendas de transacción más perjudiciales del borrador de informe, que ponen en peligro el futuro de nuestras explotaciones agrícolas europeas y de sus industrias relacionadas.
El Parlamento Europeo se prepara, sin reflexión alguna, para votar propuestas adicionales que nada tienen que ver con la realidad del sector agroalimentario
Conscientes de la necesidad de adaptarse a los retos medioambientales, y a pesar de la actual situación económica, las comunidades agrícolas de toda Europa se ponen manos a la obra día tras día para satisfacer las exigencias relativas a los límites de emisiones, a la biodiversidad y al bienestar animal.
Si la UE quiere que prosperemos, tendrá que apoyarnos con un marco político pragmático basado en objetivos realistas que sean coherentes con su política comercial, salvaguardar la igualdad de condiciones con las importaciones y proporcionar la ayuda necesaria para una transición sostenible. La sostenibilidad medioambiental no puede estar desvinculada de la sostenibilidad social y económica, una sinergia que va unida a objetivos incrementales y pragmáticos.