La industria cárnica, cada vez más concienciada contra el desperdicio alimenticio

El sector cárnico juega un papel fundamental a la hora de reducir el desperdicio alimentario, un problema que afecta a toda la cadena de valor.  Según se desprende de los datos del Panel del Desperdicio Alimentario en los Hogares Españoles, elaborado por el Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca y publicado el 22 de septiembre de 2020 basado en datos de 2019, las empresas españolas de la industria alimentaria están cada vez más concienciadas del impacto que supone en términos económicos, sociales y medioambientales, el desperdicio de alimentos, y la necesidad de frenarlo.

 

Así, cerca de un 71% dispone de una estratégica interna definida para luchar contra el desperdicio alimentario, un 61% promueve buenas prácticas destinadas a la prevención o reducción en origen del desperdicio, y un 51% promueve acciones conjuntas con sus proveedores para reducirlo.

 

Este mismo estudio cuantifica que en 2019 se arrojaron a la basura 1.352 millones de kg/l de alimentos y bebidas (un 4,7% de los alimentos que compramos), de los que 1.146 millones corresponden a productos sin elaborar y 206 millones a platos cocinados. Con respecto a 2018, se han desperdiciado más productos sin elaborar (principalmente frutas, hortalizas y verduras), pero ha bajado el desperdicio de platos cocinados (en mayor medida legumbres, sopas, cremas y purés, y platos de carne y arroz).

José Friguls, presidente de ANAFRIC, valora los datos del Panel y apunta que «las empresas españolas de la industria alimentaria, en especial las del sector cárnico, están cada vez más concienciadas del impacto que supone en términos económicos, sociales y medioambientales, el desperdicio de alimentos, y la necesidad de frenarlo. Por ello estamos siempre trabajando en aras de una mayor concienciación en el sector, porque el desperdicio, es contaminación y un maltrato al planeta, cosa que no podemos consentir».

 

¿Quiénes desperdician más?

  • Cerca de 8 de cada 10 hogares españoles reconoce desperdiciar alimentos, donde destacan los hogares familiares con parejas de hasta 49 años, con hijos pequeños o de edad media. Por su parte, no desperdician alimentos los hogares de parejas jóvenes sin hijos o las personas retiradas.
  • La renta es otro factor que influye en el desperdicio alimentario, de tal forma que las familias de clase baja y media-baja son las que menos desperdician, mientras que las clases de nivel socioeconómico más alto gestionan peor los alimentos en el hogar.

 

La revista científica internacional ‘Nutrients’ también ha llegado a la misma conclusión. Las verduras y hortalizas (12%), los precocinados (10%), los cereales y derivados (10%), los aceites y las grasas (10%) y las legumbres (10%), fueron los grupos de alimentos y bebidas que contribuyeron en mayor medida a generar desperdicio de comida.

 

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