Los últimos pastores trashumantes

«Es un camino muy duro, hay agua, hay calor, yo lo hago por pasión, porque lo he hecho siempre y no quiero que se pierda», afirma contundente Paco Morgado que con 64 años vuelve a echarse al camino y hará la trashumancia a pie con su rebaño de 1.440 ovejas merinas. «La trashumancia es una tradición milenaria, es un sistema tradicional de aprovechamiento de los recursos naturales, lo que ahora se llama una forma resiliente de producción. Desde INTEROVIC apoyamos cada año a pastores ganaderos que continúan practicándola como ejemplo de futuro de esta producción, gracias al pasado de los sistemas tradicionales», explica Tomás Rodríguez, director de INTEROVIC, la Interprofesional Agroalimentaria del Ovino y el Caprino de Carne.

 

 

Campaña Celebra lo cotidiano con cordero

La organización quiere así resaltar, en el marco de su campaña europea ‘Celebra lo cotidiano con cordero’, la importancia de la ganadería extensiva que es cultura, tradición y vida rural y de la trashumancia, una forma de pastoreo en continuo movimiento, quizá la práctica ganadera más ligada a la naturaleza.

De gran relevancia en la historia, la antropología, la etnografía y la sociología, actualmente, España es de los pocos países del mundo donde se sigue trashumando, principalmente la especie merina, la más extendida en el mundo y cuyo origen se sitúa en territorio nacional, pero cada vez son menos los pastores que están dispuestos a trasladar en primavera y verano a sus rebaños desde las calurosas dehesas extremeñas hasta el norte de España para regresar en otoño.

 

Cada vez son menos los pastores que están dispuestos a trasladar en primavera y verano a sus rebaños desde las calurosas dehesas extremeñas hasta el norte de España para regresar en otoño

 

Por eso, desde INTEROVIC cada año quieren poner en valor y dar voz a historias con nombre y apellidos como las de los pastores ganaderos Paco Morgado (64 años), que lleva toda la vida practicándola, y José Manuel Sánchez Miguel (45 años), que este año completará su tercer año consecutivo como pastor ganadero trashumante. Ambos harán prácticamente la misma ruta por la Cañada Leonesa Occidental Puerto el Pico, en total unos 600 kilómetros que separan Trujillo (Cáceres) de los puertos de montaña donde pasarán el verano cerca de Riaño (en los Picos de Europa de León). Lo harán, estiman en unos 40 días en etapas de 12-14 kilómetros diarios, en función de las condiciones climáticas que se encuentren a su paso, del estado de los caminos y del rebaño, sobre todo.

El recorrido de sus viajes pasará por Cáceres, Toledo, donde atravesará pueblos como Oropesa, continuará por Ávila y recalará en Arenas de San Pedro y Arévalo, llegará a Valladolid atravesando Medina del Campo, Tordesillas, Medina de Rioseco y Mayorga, entre otros, y por fin arribará en León por el Burgo Ranero y terminará cerca de Riaño, en León, cada uno en un puerto. Allí se quedarán todo el verano con sus ovejas. Volverán en otoño, probablemente, otra vez a pie.

 

 

 

 

 

 

 

El viaje de los protagonistas
El primero en salir fue José Manuel Sánchez Miguel, un pastor ganadero de Huertas de Ánimas (Trujillo) que inició el pasado 14 de mayo la trashumancia a pie por la Cañada Leonesa Occidental Puerto el Pico acompañado de su rebaño de 1.700 ovejas merinas «todas de raza autóctona», puntualiza orgulloso. Le acompañarán también un burro, una docena de perros, 10 personas y un coche con remolque. Toda la comitiva hará junto a él, durante unos 40 días, el recorrido de más de 600 kilómetros que separa Huerta de Ánimas (Cáceres) de Valverde de la Sierra, cerca de Riaño, en los Picos de Europa de León. Allí está previsto que arriben entre el 20 y 24 de junio donde se establecerá en la misma cabaña que fue su refugio el verano pasado, y en una zona del monte que ha alquilado donde no hay lindes y le mantendrá siempre pendiente de las ovejas. «Aunque el camino es costoso, el viaje merecerá la pena porque el ganado vuelve bien alimentado».

 

 

 

Tan solo una semana después, el 22 de mayo, Paco Morgado salió de la zona de Llanos de Cáceres y Sierra de Fuentes acompañado de su rebaño de 1.450 cabezas. Cuenta también con el apoyo de algunos pastores y de «una pareja salmantina que vive en Bilbao que ya conozco de otros años y que me ayudan, les gusta vivir la experiencia, pero vienen a trabajar». También lleva ocho perros mastines y tres careas, y un coche con remolque que sirve de apoyo y está compartimentado, «arriba va la comida, abajo la mitad está preparada para transportar a los animales que se pongan malos, la otra parte lleva el pienso de los perros, mallas eléctricas para encerrar el ganado, agua para perros o para lavar, mantas…», explica.

 

La trashumancia para ganaderos como Paco y José Manuel cuenta con muchos beneficios «el ganado va muy bien comiendo por el camino, nuestra finca descansa y se regenera, la cañada va enriqueciéndose del reparto de abono y semillas que hace el rebaño a su paso, comen brotes y evitan así incendios»

 

Paco, cuyo padre era pastor, también sus tíos y su abuelo, cree que es quinta generación de trashumantes y desde bien pequeño ha practicado el pastoreo, con 18 años tenía responsabilidad y desde 1994 tiene rebaño propio, recuerda. Él estima, tras haber hecho la trashumancia a pie unos 25 años, que llegará sobre el 30 de junio a su destino final, el puerto de La Uña, al norte de León lindando con Asturias. Es decir, «haré el mismo camino que José Manuel hasta Prioro, para después hacer dos días más pasando por Riaño para llegar al puerto, allí me quedaré hasta mediados de septiembre que volveré andando de vuelta a Extremadura».

Cree que si todo va bien serán en total unos 40 días, «antes podríamos haberlo hecho en 35 días, hoy las ovejas no están preparadas como antes y las cañadas no están limpias como antaño. El motivo que te puede retrasar es que las ovejas cojeen, quizá por la humedad o por las piedras del camino, puede afectar a 30 o 40 ovejas a la vez y hay que reducir las jornadas para evitarlo», añade.

Su sueño es recuperar la actividad que los caminos de las cañadas reales vuelvan a ser lo que eran, «en la trashumancia tiene que haber unión, ojalá no fuéramos 2 rebaños y fuéramos 20», recalca. Pero reconoce que no es una actividad para todos los públicos. «Te tiene que gustar la soledad, tienes que salir con el rebaño todo el día, ir con la comida a cuestas, cerrar a las ovejas luego en un corral, cuidar de los perros, hacerte la cena. Pero la vida es cómoda, yo lo disfruto. Una vez llego al puerto me suelo quedar solo todo el verano. A no ser que haya necesidad de apoyo de alguien más», relata.

Sin duda, la trashumancia para ganaderos como Paco y José Manuel cuenta con muchos beneficios «el ganado va muy bien comiendo por el camino, nuestra finca descansa y se regenera, la cañada va enriqueciéndose del reparto de abono y semillas que hace el rebaño a su paso, comen brotes y evitan así incendios», explican. Pero claro, «ahora somos pocos rebaños, antes íbamos como siete rebaños juntos, y eso lo he conocido yo. La gente no sabe y no quiere practicarla porque lo ve duro, yo no lo veo tan duro, es un paseo, llevamos todas las comodidades, buenas mantas, comida, tienda de campaña», apunta Paco Morgado.

 

Compromiso con la Sostenibilidad
En línea con su nueva campaña europea “Celebra lo cotidiano con cordero”, INTEROVIC resalta los beneficios medioambientales del consumo de la carne de cordero y caprino, dos de las carnes más sostenibles dentro de la Unión Europea. Su producción en España, realizada en más de 110.000 granjas de ovino y 75.000 de caprino en áreas rurales, contribuye significativamente a la preservación de los paisajes naturales, mejora la fertilidad del suelo y apoya la biodiversidad. Además, estas granjas rurales son esenciales para el desarrollo económico en áreas que, de otro modo, no podrían destinarse a otros usos agrícolas.

 

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