Hacer mantequilla con CO2, ¿Solución tecnológica o locura tecnológica?

La startup Savor ha creado la primera mantequilla sintética “hecha de CO2”.

¿Es realmente una alternativa ecológica innovadora a la auténtica mantequilla de origen animal, o se trata de otro producto “tecno verde” que no acaba de encajar en la deseada transición ecológica?

Aquí compartimos un resumen traducido de un post de LinkedIn de Pierre Gilbert.

 

Hacer mantequilla con CO2

 

Fabricar mantequilla con CO2: la última idea de los solucionadores tecnológicos californianos, apoyados por Bill Gates. La startup Savor se prepara para ofrecer al público estadounidense la primera mantequilla 100% sintética del mundo.

El proceso técnico que hay detrás de esta “mantequilla” consiste en utilizar CO2 extraído del aire mediante procesos de geoingeniería del carbono y combinarlo con hidrógeno extraído del agua. Estos elementos básicos se transforman y se combinan varias veces hasta obtener largas cadenas de hidrocarburos, a las que se añaden átomos de oxígeno para producir ácidos grasos.

A continuación, se les incorpora glicerol para formar triglicéridos, una nueva forma de grasa. Sólo queda añadir agua y un emulsionante, y después betacaroteno para dar color a la mezcla, así como aromas para darle sabor.

¿Suena tentador? El problema radica en el razonamiento algo erróneo de la startup, que refleja una visión del mundo completamente incompatible con la transición ecológica.

Savor explica que su producto consume dos veces menos agua que la mantequilla real, que transforma 3 kg de CO2 por kg fabricado, frente a los 23 kg de CO2  emitidos por 1 kg de mantequilla real. El sesgo de selección de la información es obvio en este caso, ya que el proceso mencionado consume mucha energía, especialmente CO2, extracción de aire e hidrólisis del agua. Todo ello debería incluirse en la huella de carbono del producto.

Sin embargo, ese no es el sesgo más importante.

Esta visión tecno-solucionadora alimenta, sobre todo, un enorme prejuicio del “todo vale”, el máximo enemigo de la transición.

¿Y si la mantequilla se elaborara con leche procedente de explotaciones de tamaño razonable, con pastoreo rotativo integrado en las rotaciones de cultivos bajo cubierta vegetal, y en praderas al 100%? Este tipo de producción de mantequilla no sólo ofrecería un gran sabor y valor nutritivo, sino que también contribuiría al almacenamiento de carbono en los suelos agrícolas.

En su post, Pierre Gilbert se pregunta, más bien sarcásticamente: ¿Qué pasaría si la auténtica mantequilla contuviera muchas vitaminas A y D, poca lactosa, colesterol bueno (HDL, a diferencia del LDL de las grasas sintéticas hidrogenadas), minerales y otras moléculas preciadas?

Entonces empiezan las preguntas filosóficas: ¿Y si el gusto es importante para la felicidad? ¿Y si la verdadera ecología consiste en sustituir los bienes materiales por la felicidad, y ambas cosas no tienen nada que ver?

Concluye con la opinión generalizada de que estas soluciones tecnológicas proceden a menudo de un pensamiento mecánico, totalmente carente de empatía y emoción.

En un post de un blog sobre el producto, Bill Gates resume esa falta de emoción con sus palabras: “sabe muy bien, como la auténtica, porque químicamente lo es”. No estoy seguro de que promocionar algo como “químicamente igual” sea la mejor manera de promocionar los alimentos…

En cualquier caso, le corresponde al consumidor decidir si prefiere mantequilla de COmantequilla de VACA.

Publicación original extraída de LinkedIn

Fuente: Artículo original de la European Livestock Voice

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