Olot Meats Group tiene sus raíces en 1987, cuando Mikel Soraluze fundó la empresa madre, Càrniques de Juià. Desde entonces, la empresa ha prosperado manteniendo la misma esencia que al principio. Con una estructura simplificada, teniendo como propietario a Mikel Soraluze y como CEO a Xavi Roca, la toma de decisiones es ágil y eficaz, como se ha demostrado en los continuos cambios con la crisis del Covid-19.
Olot Meats Group es una empresa familiar y Glocal: ligada al territorio pero abierta al mundo. Formada por tres empresas: Càrniques de Juià, Càrniques Celrà y Olot Meats, las tres ubicadas muy cercanas y comunicadas estratégicamente por vía terrestre y marítima. Tiene una producción de 14.000 cerdos diarios (con capacidad de 18.000) y genera una facturación de más de 716 millones de €. Su lema, “El trabajo bien hecho”, se respira en la filosofía de todo el grupo. Controlando la producción de principio a fin. Olot Meats Group exporta el 85% de su producción a un total de 117 destinos diferentes. Todos los productos cumplen con los más altos estándares de calidad, con un estricto control de higiene, seguridad alimentaria, normativa medioambiental y trazabilidad completa.
Entrevistamos a Mikel Soraluze, propietario del grupo.
https://www.youtube.com/watch?v=VamJhXHfzVs
Al principio con un poco de angustia por la incertidumbre de la situación.
¿Y empresarialmente?
Como empresa esencial que somos, no podíamos parar y esto conlleva una responsabilidad muy grande. Había que seguir trabajando y cubrir la fuerte demanda por parte de los supermercados. En todo momento intentamos adaptarnos y seguir estrictamente todos los requerimientos y recomendaciones que anunciaba el gobierno para hacer frente a la pandemia. Nos hemos mantenido informados en todo momento de la situación y hemos centrado los esfuerzos en establecer nuevos protocolos de higiene, proveer de EPIs adecuados a todo el personal, e intentar dar unas pautas claras y consistentes. También hemos tenido que lidiar con problemas de transporte y para facilitar la movilidad de nuestros trabajadores cumpliendo los protocolos. Hemos estado en todo momento colaborando estrechamente con la administración pública.
A todo esto, se han sumado los cambios de estrategia a corto plazo por la volatilidad de la demanda en los precios nacionales, así como la fuerte bajada de dicho precio de los mercados internacionales debido a las consecuencias de la crisis del coronavirus en Estados Unidos, y ahora en Alemania.
Teníamos que actuar rápido ante un problema que ya veníamos viviendo tres meses antes en China, para defender nuestra empresa y a nuestros trabajadores.
Como toda la industria cárnica, han estado en primera línea. ¿Qué cambios se realizan en la empresa antes y durante el estado de alarma?
Con la situación de parada generalizada a causa de la crisis, el sector porcino se ha visto afectado por varios motivos.
- Al principio con alta demanda en los supermercados. Nos faltaba capacidad productiva y organización logística.
- El corte de actividad en la restauración y hostelería (canal HORECA), y la falta de turismo en toda Europa ha provocado una bajada de consumo y directamente una bajada en el precio de la carne.
- La ralentización de la capacidad de los procesos productivos debido a la adaptación a los protocolos de prevención del COVID-19.
- Falta de contenedores para exportar el producto durante el estado de alarma por el bloqueo en los puertos.
- Encarecimiento repentino del transporte marítimo (se han doblado los costes y de momento parece que se van a mantener).
Esta situación solo la podrán resistir empresas con una buena liquidez, solvencia, y venta muy diversificada.
Por otro lado, estamos aprendiendo a ser una empresa digital desde nuestras oficinas. No podemos viajar, no hay ferias, ni contacto directo con nuestros clientes pero hay que mantener la relación comercial. Y también hemos aprendido a marchas forzadas a utilizar el teletrabajo.
Sin embargo, el sector de la alimentación debe continuar. El porcino dicen que es el hermano que más fácil lo está teniendo en estos últimos años, respecto del vacuno y del ovino y caprino. Suponemos que las cifras exportadoras hacia China tienen mucho que ver, ¿verdad?
Este año ha estado marcado por dos fenómenos. Por un lado, la entrada de la Peste Porcina Africana en la primera potencia mundial en producción porcina. Y por otro lado el efecto del coronavirus.
La Peste Porcina Africana en China, ha provocado un déficit de carne haciendo que el precio de la carne subiera a nivel mundial, circunstancia que el sector porcino español ha sabido aprovechar. Por otro lado, la entrada del coronavirus ha provocado el encarecimiento de los costes en general (transporte marítimo, ralentización de la producción, costes de formación de personal, abastecimiento de EPI’s y desinfectantes, etc.), así como el cese de actividad del sector HORECA.
Ante estas circunstancias, el mercado ha tenido muchos altibajos, tanto en demanda como en precios.
El sector porcino español, como empresa esencial se ha centrado en proveer el mercado nacional. Aunque, está claro que tener una venta diversificada nos ha permitido sobrevivir.
Por lo tanto, ¿cuál es el futuro del sector porcino? ¿La apertura de nuevos mercados?
Sin duda. Creemos que el sector porcino ha hecho una gran labor. Actualmente, podemos exportar nuestros productos a la mayor parte del mundo, entre los cuales, están incluidos los grandes consumidores e importadores de carne de porcino (como Francia, China, Taiwán, Japón, Chile, etc.). En cada país buscamos el valor añadido de los cortes según su cultura alimentaria, y esto nos ha permitido crecer hasta el día de hoy.
Pero ya no nos queda mucho camino por recorrer en este sentido. Potencias como Rusia, que en su día fue un gran mercado para nosotros, en Marzo de 2013 cerraron sus fronteras y a día de hoy se pueden autoabastecer. Solo nos queda para abrir, mercados como Australia y algunos países de Latino América como Perú y Colombia. En este último, nos es imposible competir, ya que Estados Unidos tiene un tratado de libre comercio, frente al 20% de aranceles que nos aplican en España.
Por esto, creemos que de cara el futuro tenemos que esforzarnos en ser más competitivos y eficientes a nivel global. Necesitamos:
- Energía eléctrica más barata: fomentando el uso de las energías renovables.
- Aumentar la productividad laboral: mediante la negociación sindical y la formación y especialización de los trabajadores.
- Transporte competitivo: fomentando la competencia entre operadores.
Hay que tener en cuenta, que tenemos que competir con los primeros productores del mundo: EE.UU, China, Brasil y Alemania.
Por lo tanto, el futuro pasa por ofrecer un producto distinto a los demás, diferenciarnos ofreciendo la máxima calidad y seguridad alimentaria (programas de bioseguridad en granjas, reducción de antibióticos…) al precio más competitivo.
En los últimos tiempos al sector le han aparecido dos nuevos lobbies, el vegano y el animalista, a los que tenemos que dar respuesta. Demostrar que hacemos un trabajo bien hecho, generando una proteína completamente natural y muy saludable por su bajo contenido en grasa saturada y rica en vitaminas y minerales. La carne de cerdo blanco está indicada para colectivos como deportistas y personas de edad avanzada, por su alto contenido proteico y bajo en grasa.
Además, como clúster de empresas del sector también debemos invertir en I+D, y no esperar a comprar la tecnología en el extranjero.
Precisamente, entre los principales ejes de trabajo, Cárniques de Juià está desarrollando líneas de bienestar animal, seguridad alimentaria y protección del medio ambiente. Pero como mencionaba anteriormente, existen diversos colectivos que acaban de ver esta línea de trabajo. ¿En qué se diferencia su empresa en este sentido?
Cabe destacar que el sector de la ganadería solo es responsable del 7% de las emisiones de gases de efecto invernadero, frente al 20% de la industria o el 18 % de la generación eléctrica.
Además, esta legislación es cada vez más dinámica y creciente. Y tenemos la responsabilidad de adaptarnos a estos nuevos cambios y a la vez ser cada vez más eficientes y competitivos.
En Europa cumplimos con la legislación medioambiental más estricta del mundo. Nuestras empresas cumplen con la certificación 14.001. Además, cada planta tiene su propia depuradora.
Nuestro matadero Olot Meats S.A., está certificado por AENOR según los requisitos europeos de Welfare Quality; y además está auditado según los estándares de Bienestar Animal de los clientes Tesco y M&S.
También venimos cumpliendo desde hace muchos años con los estándares más altos de calidad y seguridad alimentaria certificados con la BRC, BRC Mod.11, IFS, e ISO 22.000. Y contamos con un sistema de trazabilidad completo des de granjas hasta el producto acabado certificado por OCA Calitax.
La frase que acompaña a su empresa es ORGULLOSOS DEL TRABAJO BIEN HECHO. ¿Explíquenos qué metas ha alcanzado la empresa en los últimos años?
Como empresa familiar que somos, le damos mucha importancia a valores como:
- La palabra: cumplir con lo acordado.
- Esfuerzo: tenemos que ajustar-nos a las necesidades del cliente y dar el mejor servicio con un producto de máxima calidad.
- Trato humano: con proveedores, clientes y trabajadores.
Con estas premisas, nos hemos consolidado como “Olot Meats Group”. En los últimos años, hemos trabajado mucho para la homologación de países para la exportación en países como China y México, lo cual nos ha permitido crecer como empresa.
Ustedes son un grupo potente, pero también hay pymes en el sector que lo están pasando mal. Desde Anafric se está llevando a cabo una campaña informativa para que el Gobierno del Estado pueda devolver el IVA adelantado de 2019 para pagar nóminas y proveedores. ¿Cree que las instituciones mirarán hacia otro lado después de sector esencial?
Esto es una batalla que concierne a todo el sector. En momentos difíciles como el presente, en los cuales muchas empresas no podrán sobrevivir por la falta de liquidez, no es coherente que el Gobierno Central retenga nuestro dinero derivado del IVA de exportación.
No pedimos ayudas a la administración, solo que se nos devuelva nuestro dinero con más agilidad, como ya viene haciendo Alemania, Bélgica o Portugal con un máximo de 1 mes y no tardar 5 o 6 meses. Tenemos que recordar que aquí estamos rompiendo el principio de neutralidad respecto a nuestra competencia europea.