Carne y Salud. El sector ganadero-cárnico, motor económico de la España rural

El sector ganadero-cárnico reitera su compromiso con la alimentación de la población, ofreciéndole productos de calidad, seguros y cumpliendo los estrictos requerimientos de bienestar animal y medioambientales que marca el Modelo Europeo de Producción, redoblando sus esfuerzos para contribuir con el conjunto de la sociedad a superar la crisis causada por el coronavirus. 

Según la plataforma Carne y Salud, Un total de dos millones de personas viven de la cadena ganadero-cárnica en España, incluyendo y los profesionales e industrias auxiliares y proveedores. La ganadería emplea de forma directa a más de medio millón de personas, las industrias cárnicas a 97.000 trabajadores y el comercio minorista a otros 75.000.

 

 

El sector ganadero de carne en la actualidad está compuesto por más de 350.000 granjas en España, que aportan 15.476 millones de euros a la Producción Final Agraria. Por su parte, el sector industrial cárnico está compuesto por un tejido de unas 2.800 empresas que, con una facturación de 26.882 millones de euros, representan el primer sector de la industria alimentaria, y el sector de carniceríacharcutería reúne a más de 25.000 empresas de suman ventas superiores a los 4.500 millones de euros.

 

Las granjas como buena parte de las empresas cárnicas están
ubicadas en el medio rural, donde evitan el despoblamiento y contribuyen a generar riqueza, cohesión territorial y empleo

Así, este sector, que no ha detenido su actividad en ningún momento a lo largo de esta crisis, está logrando mantener los empleos y puede constituir un importante apoyo para la recuperación social y económica que afronta nuestro país.

Además, tanto las granjas como buena parte de las empresas cárnicas están ubicadas en el medio rural, donde evitan el despoblamiento y contribuyen a generar riqueza, cohesión territorial y empleo.

 

 

Constante esfuerzo por reducir la huella ambiental

Los datos de descenso de los niveles de contaminación del aire que se han registrado durante el confinamiento han puesto de manifiesto que la agricultura y la ganadería no son los mayores responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero, situándose por detrás de otras actividades como el transporte, la industria, la generación de electricidad o el consumo de combustibles.

  • Se está trabajando por ejemplo para reducir un 15% la huella de carbono en el sector vacuno.
  • Las emisiones de amoniaco (47%) y metano (54%) en el sector porcino.
  • El ovino o el conejo no tienen prácticamente emisiones.

Por su parte, la industria cárnica evitó en 2019 la emisión de 57.901 tm de CO2, gracias al reciclado de sus envases.

 

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