Un 28 de mayo, un inmigrante alemán residente en Estados Unidos sirvió la primera hamburguesa en su restaurante. Corría el año 1895, cuando el chefLouis Lassen, de Connecticut (EE. UU.), elaboró la primera hamburguesa en Norteamérica con una receta que le facilitaron unos marineros provenientes del puerto de Hamburgo. Y es que la palabra «hamburguesa» provendría, precisamente, de la ciudad de Hamburgo, en Alemania, el puerto más grande de Europa en aquella época.
La hamburguesa elaborada a base de carne contiene valor nutritivos y, además, es un producto artesanal que se ha sabido adaptar a los nuevos tiempos, introduciéndose en la alta cocina y convirtiéndose en un plato de referencia.
Con la excusa de la celebración de este día, se quiere reivindicar que es un plato sencillo, versátil, saludable y nutritivo. La hamburguesa cuenta con una gran cantidad de vitaminas, como la B12, y minerales, como el potasio, básicos para el buen funcionamiento de nuestro organismo. La carne nos ayuda a fortalecer nuestros músculos y al ser rica en hierro, es parte del motor de la energía que necesitamos al día.
Una buena hamburguesa, elaborada con materia prima de primera, ayuda a activar nuestros glóbulos rojos, facilitando el transporte de oxígeno por todo nuestro cuerpo.
